Katrina Letner

–  Katrina Letner, exestudiante de Head Start, Sevierville, TN

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En 1986, yo era una niña que asistía a Head Start, en las colinas de Tennessee-Sevierville, para ser exactos, donde está el "Dolly Wood" de Dolly Parton. Vivíamos del magro salario que ganaba mi papá tocando música los fines de semana y limpiando piscinas en su trabajo diurno. Mi mamá trabajaba como recepcionista en un hotel. No sé cómo se enteraron de Head Start, pero me alegro mucho de que lo hicieran. Tengo muy buenos recuerdos de mi tiempo en Head Start. Recuerdo los viajes en el autobús y cuando practicábamos los simulacros de evacuación. Recuerdo que la prueba de audición me la hicieron en una pequeña habitación en la que no había estado antes. Todavía recuerdo la disposición del aula, el centro de escritura, las mesas donde almorzábamos y hacíamos proyectos de arte y el área de juego imaginario. Allí, aprendí a contar hasta cien, comencé a escribir mi nombre, primero con plantillas, luego yo sola. Muchas veces escribía la "N" de mi nombre al revés. Pero lo más importante fue que aprendí a hacer amigos, a llevarme bien con los demás y a cumplir con las expectativas y las normas del aula. Aprendí que podía hacer muchas cosas si lo intentaba.

Al final del año, nuestros padres vinieron a una celebración. Juntos, los niños, las familias y el personal plantaron un árbol cerca de nuestro patio de juego. A lo largo de mi vida, muchas veces me he preguntado de qué tamaño estará ese árbol ahora. De adulta, ahora me doy cuenta de que el árbol que plantamos hace casi 30 años es un símbolo de mi experiencia en Head Start. Como ese árbol, yo comencé siendo pequeña y vulnerable en un mundo grande. Head Start cuidó de mis raíces y apoyó a mis padres para asegurarse de que yo floreciera. Mi experiencia en Head Start ayudó a moldear la persona que soy hoy. Head Start me ayudó a tener una base sólida. Head Start me hizo fuerte. Del tiempo que pasé con ellos me llevé amor por el aprendizaje. Maestros y personal de Head Start, tengan presente todos los días que cada niño que pasa por nuestras puertas es como un retoño, pequeño y vulnerable en el gran mundo que lo rodea. Nosotros ayudamos a fomentar su desarrollo, a hacerlos más fuertes, a prepararlos para el éxito en la escuela y en la vida; cuidamos sus raíces, sus familias. Los servicios que ofrecemos marcan una diferencia cada día en la vida de nuestros niños más vulnerables.