De las neuronas al vecindario: La ciencia del desarrollo de la primera infancia

En el año 2000, el Consejo Nacional de Investigación y el Instituto de Medicina convocaron a un comité de expertos nacionales para evaluar e integrar los conocimientos científicos sobre el desarrollo de la primera infancia. El resultado de esta iniciativa se publicó en el innovador informe De las neuronas al vecindario: La ciencia del desarrollo de la primera infancia (Instituto de Medicina 2000). En este informe se analizó la información más actualizada sobre el desarrollo cerebral en ese momento y las conclusiones más recientes de las ciencias sociales. dos niñas hablan y se ríen juntasLos autores sintetizaron lo que se sabía sobre el desarrollo de la primera infancia y sacaron conclusiones para los encargados de formular las políticas, los profesionales, los investigadores y otras partes dedicadas al crecimiento y desarrollo saludables de los niños. También destacaron tres tareas cruciales de desarrollo que caracterizan la importancia de los primeros cinco años de vida. Un informe actualizado de un taller de dos días confirmó que estas tareas siguen siendo importantes (Instituto de Medicina y Consejo Nacional de Investigación, 2012).

  1. Adquirir autorregulación — La autorregulación (un aspecto importante de la salud mental en la primera infancia) es el proceso de "negociar la transición de la regulación externa a la autorregulación en el que se incluye, aprender a regular las emociones, los comportamientos y la atención. Esto conlleva el surgimiento del autocontrol y la independencia, y puede proporcionar una analogía para la transición hacia el funcionamiento competente que caracteriza al desarrollo en su conjunto" (Instituto de Medicina 2000, 92).

    Tenga en cuenta la notable transformación que se produce en todas las áreas de desarrollo durante los primeros cinco años de vida. Un recién nacido depende completamente de sus cuidadores para satisfacer todas sus necesidades físicas y emocionales. Con el tiempo, y si cuentan con unas relaciones de apoyo, los niños pequeños se vuelven cada vez más competentes en todas las áreas de desarrollo. Los preescolares típicos adquieren muchas de las habilidades para alimentarse, bañarse y vestirse; tienen cierta comprensión de las normas, valores y morales sociales y familiares; y pueden compartir sus propias opiniones, preferencias e intereses.

  2. Comunicarse y aprender — La comunicación y el aprendizaje se refieren a "adquirir las capacidades que sustentan la comunicación y el aprendizaje. Ello incluye el desarrollo temprano del lenguaje, el razonamiento y la resolución de problemas" (Instituto de Medicina 2000, 92).

    La capacidad de comunicarse eficazmente comienza en los primeros momentos de la vida, ya que los recién nacidos experimentan que tienen sus necesidades satisfechas gracias a la sensible respuesta de sus atentos cuidadores. Los padres aprenden a través de la experiencia, y con apoyo, cómo interpretar satisfactoriamente las señales de sus hijos y comenzar el "baile" de comunicación recíproca usando el/los idioma(s) del hogar que sienta las bases para el desarrollo y el aprendizaje del lenguaje. Este baile también se conoce como "intercambio recíproco" (Centro para el Niño en Desarrollo de la Universidad de Harvard y el Consejo Científico Nacional sobre el Niño en Desarrollo, n.d.). Durante los años preescolares, este baile de comunicación evoluciona hacia habilidades de lenguaje y lectoescritura cada vez más sofisticadas en el/los idioma(s) del hogar de los niños y en inglés, y también hacia habilidades cognitivas emergentes como la capacidad de razonar, pensar lógicamente y resolver problemas.

  3. Llevarse bien con los compañeros — Forjar relaciones positivas entre los compañeros implica "aprender a relacionarse bien con otros niños y entablar amistades. Esto pone de relieve la capacidad emergente de confiar, amar y proteger, y resolver conflictos de manera constructiva" (Instituto de Medicina 2000, 92).

    Más adelante en este artículo, mostramos cómo las relaciones son el vehículo a través del cual se lleva a cabo el aprendizaje. Claramente, la relación padre-hijo es la primera oportunidad de un niño para experimentar confianza, amor y protección; esta relación constituye la base para aprender a relacionarse bien con los demás (otro aspecto importante de la salud mental de la primera infancia). Debido a que la relación padre-hijo es fundamental para el desarrollo y el aprendizaje de los niños, los programas que ofrecen servicio a los niños —desde el nacimiento hasta los 5 años— y sus familias se centran en fortalecer las relaciones entre padres e hijos a través de las actividades y servicios del programa.