Supervisión reflexiva

Hombre con una camiseta que dice Next door en el pecho.La supervisión reflexiva es diferente a la supervisión administrativa, que se centra en la responsabilidad funcional (p. ej., la contratación, orientación, monitoreo y evaluación). La supervisión reflexiva es un proceso mutuo en el que el visitador del hogar y su supervisor aprenden juntos sobre el niño, la familia, el trabajo del visitador del hogar y todas las relaciones creadas, incluida la del visitador del hogar y el supervisor. El proceso de reflexión —el dar un paso atrás y preguntarse acerca de los muchos factores dentro de cada individuo, entre ellos y a su alrededor— puede arrojar nuevas perspectivas e ideas que mejoren la calidad del trabajo. (Consulte Práctica reflexiva en el Manual del visitador del hogar en línea.)

La supervisión reflexiva se basa en las relaciones (Fenichel, 1992). [1] Usted y el visitador del hogar participan en un proceso recíproco en el que, con el tiempo, cada uno crece para confiar en el otro. Su empatía y validación de cada visitador del hogar conduce a una sólida relación de supervisión. La supervisión reflexiva también es:

  • Reflexiva. La supervisión se utiliza como una oportunidad para que los visitadores del hogar reflexionen sobre lo que están haciendo durante las visitas al hogar, sus reacciones y sentimientos en relación con su trabajo, y sus desafíos y logros.
  • Regular. La supervisión se lleva a cabo de manera sistemática, preferiblemente durante el horario de una reunión regular. Debe ser un tiempo protegido e ininterrumpido en el que usted no realice llamadas telefónicas ni revise el correo electrónico, no reciba visitantes ni haga otras tareas.
  • Colaborativa. Usted y el visitador del hogar sienten respeto mutuo el uno por el otro y se benefician de la experiencia del otro.
  • Segura. Usted proporciona un ambiente de apoyo para los visitadores del hogar, responde a ellos sin juzgar y mantiene la confidencialidad.

Entre las estrategias del supervisor para la supervisión reflexiva están la autorreflexión, la colaboración y la escucha activa, que se exploran después de una discusión sobre la estructura de la supervisión reflexiva.

Estructura de la supervisión reflexiva

La supervisión reflexiva debe producirse en un horario regular, idealmente el mismo día y a la misma hora cada semana. La sesión suele durar una hora. El espacio debe ser privado. Sin embargo, el horario no debe ser rígido. Si se produce un evento de gran carga emocional, el supervisor debe estar disponible para programar una sesión adicional.

La sesión de supervisión reflexiva ideal integra los siguientes pasos:

1. Prepararse. Tómese el tiempo para prepararse para la reunión y revisar las notas de reuniones anteriores. Con base en discusiones pasadas, prevea qué temas podría tener el visitador del hogar en mente.

2. Saludar y volver a conectar. Establezca el tono del tiempo que van a pasar juntos, preguntándole al visitador del hogar cómo está. Utilice la escucha activa y preste atención a las señales verbales y no verbales del visitador del hogar. Asegúrese de prestar atención también a sus propias señales no verbales.

3. Fijar el programa del día. Planifiquen juntos cómo pasarán el tiempo de supervisión. Priorice lo que debe lograrse durante el tiempo que estarán juntos.

4. Recopilar información. Explore con el visitador del hogar qué enfoque le da a su trabajo. Utilice anécdotas verbales, videos de visitas al hogar o preguntas exploratorias para ver todas las aristas de una interacción, evento o situación. Esté atento al contenido (lo que sucedió), el proceso (cómo sucedió) y los problemas tácitos (sentimientos o experiencias que pueden afectar al visitador del hogar o a la familia).

5. Orientar mediante "oportunidades de enseñanza". Busque oportunidades para el desarrollo profesional, como la educación sobre el desarrollo infantil, la discusión de los límites o lo que nos han enseñado las investigaciones. Utilice juegos de roles o preguntas abiertas para mejorar las habilidades y explorar diferentes perspectivas.

6. Resolver los problemas planteados por el visitador del hogar. Ayude al visitador del hogar a formular hipótesis sobre la situación y resuelvan juntos los problemas. Concéntrese en las habilidades del visitador del hogar, por ejemplo, en sus conocimientos sobre el desarrollo infantil y sus habilidades para ayudar a los padres a reconocer el aprendizaje.

7. Proporcionar información. Es posible que tenga que ofrecer recursos concretos o recomendar una intervención clínica. En algunos casos su meta será ofrecer consuelo con un enfoque ambiguo cuando no haya una respuesta clara a un problema.

8. Abordar las cuestiones de responsabilidad funcional. Si usted es también el supervisor administrativo y no puede tener sesiones separadas, aproveche la ocasión para abordar los problemas administrativos. Por ejemplo, ¿el visitador del hogar ha completado el número requerido de visitas al hogar? ¿El visitador del hogar puede atender a todas las familias con las que está trabajando? ¿El visitador del hogar mantiene la documentación adecuada?

9. Cerrar la sesión. Revise la sesión y fije un orden del día provisional para la próxima reunión. Ofrézcale estrategias al visitador del hogar para que perfeccione sus habilidades y termine con una afirmación positiva sobre el visitador del hogar, como la empatía ante una visita al hogar desafiante, elogios por un trabajo específico bien hecho o el reconocimiento a su compromiso con el trabajo.

Estrategias del supervisor

El trabajo de supervisión reflexiva, que se produce en la relación entre el supervisor y el visitador del hogar, requiere tiempo y experiencias positivas para que se establezca una confianza. Requiere una voluntad de pensar y preocuparse de verdad por las experiencias del visitador del hogar y del niño y la familia, así como por sus experiencias con el visitador del hogar. Esta comprensión de cómo las relaciones afectan las relaciones se llama "proceso paralelo" y puede apoyar a los supervisores a medida que interactúan con los visitadores del hogar sobre las relaciones creadas con las familias.[2]

Muchas personas creen que el primer paso debe ser participar en la supervisión reflexiva usted mismo, con un proveedor experimentado. Tanto si usted se decide o no por esa opción, la autorreflexión, la colaboración y la escucha activa son algunas estrategias clave que lo ayudarán a comenzar.

Autorreflexión
La reflexión ayuda a los visitadores del hogar a pensar en lo que ha experimentado el niño y la familia, y lo ayuda a usted a entender lo que ha experimentado cada visitador del hogar, niño y familia. Esta comprensión puede conducir a estrategias que profundicen y fortalezcan las relaciones de todos los involucrados. El proceso implica preguntarse juntos sobre la historia, los sentimientos y las expectativas que cada persona podría traer a la actividad. Esta nueva comprensión o estrategia puede surgir de la exploración mutua, ¡pero su trabajo no es proporcionar soluciones a los problemas! El respeto mutuo entre usted y los visitadores del hogar crea un espacio donde, juntos, pueden encontrar alternativas para resolver desafíos.

La capacidad para la autorreflexión es una parte importante de poder reflexionar con los visitadores del hogar. La autorreflexión va de la mano del conocimiento de sí mismo. El conocimiento de sí mismo proviene de la comprensión de que sus experiencias pasadas (personales y profesionales), cultura, valores y expectativas pueden influir en cómo usted escucha e interactúa con los visitadores del hogar a medida que comparte sus experiencias y hace preguntas. También puede darse el caso de que tenga sentimientos difíciles o reacciones fuertes a lo que los visitadores del hogar le dicen.

Las siguientes estrategias pueden apoyar la autorreflexión[3]:

  • Practique la introspección para darse cuenta de lo que está pasando. Trate de determinar:
    • Sentimientos fuertes como ira, frustración, irritación, impaciencia e impotencia.
    • Deseos de solucionar problemas o rescatar al visitador del hogar de su situación con un padre/familia.
    • Respuestas físicas como respiración rápida, latidos cardíacos rápidos, opresión muscular y molestias/dolor; dificultad para centrarse en lo que el visitador del hogar está diciendo o haciendo.
    • Dificultad para pensar con claridad.
  • Luego trate de escuchar lo que ese sentimiento le está diciendo. Por ejemplo, le está diciendo:
    • ¿Algo sobre usted? ¿Sobre el visitador del hogar? ¿Sobre la familia?
    • ¿Algo sobre su relación con el visitador del hogar?
    • ¿Algo sobre cómo sería estar en la situación del visitador del hogar?

Reconocer estos sentimientos e ideas no significa que deba revelarlos al visitador del hogar. A veces, solo el acto de determinar y reconocer puede ayudarlo a superar sentimientos incómodos y a responder al visitador del hogar en lugar de a sus propias emociones. Sin embargo, a veces la autodivulgación puede profundizar su relación con el visitador del hogar. Podría darles seguimiento a las autodivulgaciones y a las declaraciones empáticas con preguntas abiertas para ayudar al visitador del hogar a pensar en sus enfoques y en los próximos pasos.

Colaboración
La colaboración implica mutualidad, respeto y comunicación abierta entre usted y cada visitador del hogar. Es una asociación en la que usted y el visitador del hogar aportan su mejor pensamiento colectivo para determinar las fortalezas o abordar las preocupaciones acerca de las familias y los niños que están recibiendo servicios.

Las siguientes estrategias apoyan la creación de una relación de colaboración:

  • Determine sus responsabilidades, así como las del visitador del hogar. Puede hacerlo mediante un contrato de supervisión (verbal o escrito). El poder se comparte en este proceso; es mutuo, aunque no necesariamente igual.
  • Recurra a la toma de decisiones conjuntas sobre el trabajo del visitador del hogar y a las evaluaciones mutuas del desempeño.
  • Haga silencio y espere para demostrar su respeto por el proceso de razonamiento del visitador del hogar.
  • Haga preguntas aclaratorias y reflexivas.
  • Reconozca y respete las observaciones y reflexiones del visitador del hogar.
  • Ofrezca sus propias ideas.
  • Planifique sus sesiones y próximos pasos juntos.
  • Cumpla con cualquier compromiso que haga para encontrar recursos, ponerse en contacto con otros, o comuníquese después de una visita al hogar en particular.

Escucha activa
Escuchar activamente significa dejar a un lado todas las distracciones para estar completamente presente y sintonizar con lo que el visitador del hogar está diciendo. Esta implica crear un ambiente sin distracciones para centrar la atención en el visitador del hogar. Un oyente activo busca comprender completamente las experiencias, preguntas e inquietudes del visitador del hogar.

Las siguientes estrategias pueden apoyar la escucha activa:

  • Hacer un alto. Los supervisores del hogar a menudo hacen varias cosas a la vez. Hacer un alto en una sesión de supervisión reflexiva significa precisamente eso: Dejar de hacer otro trabajo, apagar el teléfono celular o ponerlo en vibrador, y apagar la pantalla de la computadora para que pueda prestar toda la atención al visitador del hogar. Cierre la puerta y cuelgue afuera un letrero de "No molestar". Esto le demuestra al visitador del hogar que usted está enfocado en él/ella y valora el tiempo que pasan juntos.
  • Mirar. En la escucha activa, no se mira solo con los ojos, sino también con la cara y el cuerpo. Tenga en cuenta sus propias señales no verbales como oyente y también como hablante.
    • Colóquese directamente frente al visitador del hogar.
    • Haga contacto visual (si es apropiado en su cultura).
    • Observe las señales no verbales del visitador del hogar. Tenga en cuenta que el temperamento, cultura y experiencia de los visitadores del hogar con la supervisión reflexiva pueden influir en su comportamiento no verbal.
  • Escuchar. Escuchar es más que oír las palabras. También implica escuchar cómo se dicen las palabras. ¿Cómo suena el visitador del hogar? ¿Cuál es el tono de voz del visitador del hogar? ¿Coincide con lo que dice el visitador del hogar? Si cree que hay mensajes contradictorios entre lo que dice un visitador del hogar y cómo lo dice, pida aclaraciones.
  • Responder. Hágale saber al visitador del hogar que está escuchando y entendiendo. Usted puede demostrar esto mediante señales no verbales, como asintiendo con la cabeza, inclinándose hacia adelante (hacia el visitador del hogar), tocando la mano o el brazo del visitador del hogar (si la persona está de acuerdo y es apropiado en su cultura), sonriendo y diciendo: "Ajá".

Utilice algunos de los siguientes puntos de partida para responder a lo que el visitador del hogar le está comunicando[2]:

  • Percatarse de algo y describirlo. Reconozca cuando los visitadores del hogar pueden percatarse de los pensamientos, sentimientos, intenciones, creencias y motivaciones (estados mentales) de la familia, el niño y de ellos mismos, y describirlos. Si son conscientes y capaces de ello, usted puede explorar estas observaciones y percepciones con más profundidad.
  • Empatizar y reconocer sentimientos. Durante las interacciones en el hogar de la familia y en las reuniones de supervisión, los sentimientos siempre están presentes, aunque no siempre se reconozcan ni se hable de ellos. Usted puede hacer preguntas que despierten la conciencia de los estados mentales y prestar atención para ver si esto ayuda a los visitadores del hogar a mejorar su percepción de una interacción determinada.
  • Hacer conexiones. Apoye a los visitadores del hogar para que tengan en cuenta las emociones, pensamientos, creencias, motivaciones e intenciones que podrían estar detrás del comportamiento o la interacción que están describiendo. Haga preguntas aclaratorias para mostrar interés y reforzar la comprensión. Apoye a los visitadores del hogar para que establezcan conexiones entre lo que podría haber estado sucediendo en la mente de los padres, los hijos y en su propia mente durante la situación que están describiendo.
  • Reconocer y normalizar los desafíos de la reflexión. Reconozca que las personas pueden tener estados mentales contradictorios, como sentir ira por sus sentimientos de impotencia en una situación. Utilice el entorno de colaboración establecido para explorar emociones fuertes y estrategias para ayudar a regular los sentimientos, así como cualquier posible comunicación errónea y malentendido sobre el comportamiento de la familia. Comparta sus propias experiencias sobre los desafíos de la reflexión para ayudar a normalizar los desafíos que puedan enfrentar los visitadores del hogar.

Experiméntelo

Brenda Jones Harden, PhD, del Instituto para el Estudio del Niño, de la Universidad de Maryland, analiza la necesidad de una supervisión reflexiva regular para apoyar al visitador del hogar (video en inglés).

(Se pueden encontrar videos adicionales en el Manual del visitador del hogar en línea; consulte Práctica reflexiva.)

Más información

Una recopilación de consejos para convertirse en un supervisado reflexivo (en inglés)

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Una recopilación de consejos para convertirse en un supervisor reflexivo (en inglés)

Este recurso describe las responsabilidades del supervisor en la relación de supervisión reflexiva de colaboración.

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1 Emily Fenichel, ed., Learning Through Supervision and Mentorship to Support the Development of Infants, Toddlers, and their Families: A Source Book (en inglés) [Aprendizaje a través de la supervisión y la mentoría para apoyar el desarrollo de los bebés, los niños pequeños y sus familias: Un libro de consulta] (Washington, DC: ZERO TO THREE, 1992).

2 J. Van Horn. Reflective Supervision: A Guide from Region X to Enhance Reflective Practice Among Home Visiting Programs (en inglés) [Supervisión reflexiva: Una guía de la Región X para mejorar la práctica reflexiva en los programas de visitas al hogar]. Desarrollado por Reflective Supervision Collaborative en la Región X, presidida por WA-AIMH.

3 ZERO TO THREE, “Self Reflection,” in Helping Staff Look, Listen, and Learn: A Tool to Guide Reflective Practice (en inglés) ["Autorreflexión", para ayudar al personal a mirar, escuchar y aprender: Una herramienta de guía para la práctica reflexiva] (Washington, DC: 2012).