Manual del visitador del hogar en línea

Consideraciones éticas para las visitas al hogar

Un hombre y una mujer con ropa de negocios hablando en una mesa"Cuando se trata de decisiones éticas, no hay respuestas, solo hay decisiones". – Mel Gray y Jill Gibbons

Hay una serie de problemas éticos y dilemas que pueden surgir durante las visitas al hogar. La extrema cercanía de tener una relación continua dentro del hogar de alguien, sin otros profesionales presentes, puede conducir a situaciones confusas.

Los dilemas éticos son aquellas áreas grises donde no hay mandato legal. Estas cuestiones se manejan mejor mediante la implementación de las políticas de la agencia, previendo que surjan, y mediante la creación de políticas adicionales cuando ocurren situaciones nuevas.

Confidencialidad

Durante la reunión inicial, es importante establecer qué información (si es el caso) se mantendrá confidencial entre usted y la familia y qué se compartirá con otras personas de su agencia y bajo qué circunstancias. Usted debe ser muy claro cuando diga que está obligado a denunciar el maltrato y descuido de menores, incluida la violencia doméstica o el uso de drogas ilegales por parte de cualquier persona en el hogar. También es importante discutir la política de la agencia sobre mantener la confidencialidad de la información de salud familiar y solo divulgar información de salud de identificación personal con el permiso por escrito de los padres.

Límites

El término límite se refiere a las diferencias entre una relación profesional y personal con alguien. Los límites se discuten con frecuencia dentro de los programas basados en el hogar porque la naturaleza misma de estar en el hogar de alguien cada semana trae una cercanía que puede parecerse más a una amistad que si el padre y el niño fueran a un centro. La supervisión reflexiva puede ser extremadamente útil a medida que explora su relación con las familias de modo individual. Sin embargo, este es un problema tan generalizado en los programas basados en el hogar que el personal y los Consejos de políticas a menudo trabajan juntos para establecer pautas que un visitador puede consultar al momento.

En cualquier situación de visita al hogar, usted puede llegar a sentir un afecto genuino por una familia, vivir en la misma comunidad y terminar revelando información sobre usted a un nivel más de amistad que profesional. En las comunidades pequeñas, es posible que haya conocido a la familia toda su vida o incluso que esté emparentado con ellos, como sucede en algunos programas rurales muy pequeños. Su comportamiento puede estar determinado en cierta medida por su deseo de que la familia lo quiera. Su agencia debe considerar la comunidad a la que sirve y luego establecer políticas sobre la divulgación voluntaria o sobre cómo mantener su rol profesional durante las visitas al hogar.

Puede haber momentos de crisis en los que un miembro de la familia necesite transporte a una sala de emergencias, cuando no haya comida en la casa y los bancos de alimentos estén cerrados o cuando se produzca alguna otra emergencia que lo tentará a proporcionarles dinero en efectivo o servicios que están completamente fuera de sus servicios regulares. Reiteramos, su agencia necesita crear protocolos para este tipo de situaciones.

También puede estar tentado a darle a una familia su número de teléfono privado. Su agencia debe tener una política para darle instrucciones al respecto.

Puede ser que la familia lo invite a cenar o a una fiesta de cumpleaños. Puede ser que se encuentren en eventos de la escuela primaria o en el supermercado. La supervisión reflexiva y las políticas de la agencia pueden ayudarlo a saber cómo responder en estas situaciones.

Un hombre y una mujer con ropa de negocios hablando en una mesa de reunionesConflictos interculturales

Cuando el visitador del hogar y la familia son de diferentes culturas, pueden surgir muchas diferencias en los valores, las creencias y las costumbres. Idealmente, esto puede conducir al aprendizaje mutuo, la discusión y la negociación de las diferencias con la vista puesta en una meta compartida, como apoyar el aprendizaje del niño. Algunas diferencias culturales, sin embargo, presentan dilemas éticos.

Un ejemplo común es el énfasis individualista en la autonomía en Estados Unidos, que contradice al énfasis colectivista más común de valorar el grupo sobre el individuo. Puede ser que la etiqueta de una cultura requiera que le ofrezcan algo de comer o beber, y que el huésped acepte. El visitador del hogar de Early Head Start (EHS, sigla en inglés) muchas veces trae la merienda y la utiliza para compartir información nutricional. El visitador del hogar podría negarse a aceptar té o café por la preocupación de que haya bebidas calientes cerca de los niños pequeños. Estas diferencias se pueden discutir, y los servicios de visitas al hogar se pueden prestar de una manera culturalmente competente y respetuosa. Tal vez el visitador del hogar podría aceptar un vaso de agua.

Un desafío continuo para los visitadores del hogar es cómo abordar diversas creencias culturales sobre el uso de azotes como medida disciplinaria. Hay pruebas crecientes y contundentes de que los duros métodos de disciplina emocional y física (p. ej., avergonzamiento verbal, azotes) son perjudiciales para el desarrollo social, emocional y cognitivo de los niños. Si bien puede parecer que funciona en el momento, evitar un comportamiento por miedo, estos no son eficaces para enseñar el autocontrol a largo plazo. Es una línea muy delicada que el visitador del hogar tiene que caminar a medida que desarrolla una relación con los padres basada en el respeto, incluido el respeto a las creencias culturales de una familia, al mismo tiempo que comparte información sobre lo que sabemos sobre los castigos severos. Este es un buen tema para la formación del personal y para las reuniones. Los visitadores del hogar pueden beneficiarse particularmente de la dramatización de este difícil tema.