Actividad física en ambientes de aprendizaje

Tres niños corriendo en sacos de papas. Agregar actividad física (de moderada a vigorosa) a las rutinas diarias apoya el desarrollo y el aprendizaje saludable de los niños. La actividad física en la primera infancia ayuda a los niños a sentirse mejor y también a dormir mejor. Una buena nutrición y suficiente actividad física ayudan a los niños a alcanzar y mantener un peso saludable. Una buena nutrición y actividad física también pueden reducir el riesgo de enfermedades crónicas más adelante en la vida. Incluso momentos cortos de actividad física intensa benefician a todos los grupos de edad.

Los niños en edad preescolar deben realizar al menos 60 minutos diarios de actividad física estructurada (dirigida por adultos) (en inglés); este plazo se puede repartir a lo largo del día. Los niños en edad preescolar también deben hacer al menos 60 minutos y hasta varias horas de actividad física no estructurada (juego libre activo) todos los días. Los niños pequeños deben realizar 30 minutos de actividad física estructurada y al menos 60 minutos de actividad física no estructurada todos los días. Los niños no deben sentarse ni acostarse durante más de una hora a la vez, excepto cuando duermen. El personal nunca debe utilizar la actividad física como recompensa o castigo.

Hay muchas maneras de agregar el juego activo saludable al plan de estudios diario. La actividad Me muevo y aprendo (IMIL, sigla en inglés) incluye actividades que aumentan la cantidad de actividad física y mejoran el tipo de actividad física y su calidad. La actividad IMIL también aborda opciones de nutrición saludable, la comunicación con las familias y la actividad física sugiriendo estrategias y actividades.

Consejos y estrategias para la actividad física en entornos de aprendizaje
Ofrecer a los niños actividad física todos los días durante todo el día.
Agregar actividades de movimiento y de nutrición a las rutinas diarias.
Hacer que el juego activo sea agradable a través de una variedad de actividades físicas.
Mostrar cómo moverse en actividades de movimiento durante las rutinas diarias.
Usar la música para estimular el movimiento físico.
Planificar actividades en interiores y exteriores para promover prácticas de movimiento de calidad.